Gaudí, Jujol y el modernismo catalán.

Gaudí, Jujol y el Modernismo catalán.

Carlos Flores

Aguilar. Madrid. 1982.

 

"Gaudí, a través de las que he denominado “obras -manifiesto” - Casa Vicens, El Capricho, pabellones de la finca Güell -, aparece como el iniciador del Modernismo catalán, no importa que gran parte de sus obras posteriores puedan ofrecer conexiones mínimas – o incluso ninguna relación- con el nuevo estilo.

 

Las “obras-manifiesto” gaudianas, así como algunas de las más tempranas realizaciones del Modernismo catalán, se anticipan en varios años a cualquiera de los movimentos coetáneos de la vanguardia europea empeñados en una semejante y radical transformación de la arquietectora de su tiempo. Los términos utilizados, como denominación o caracterización de tales movimientos – novedad, modernidad, juventud, libertad, ruptura…- manifiestan con suficiente claridad la meta común compartida por todos ellos.

 

El Art Noveau belga-francés no representa otra cosa que uno de aquellos movimientos que desde los años finales del siglo XIX procuraron encauzar las inquietudes renovadoras presentes en la arquitectura y en las artes plásticas. El considerar el Art-Noveau como una especie de metro-patrón al que referir otras tendencias semejantes, pretendiendo de este modo, incluso, el valorarlas o legitimarlas, parece un enfoque absolutamente gratuito y fuera de lugar.

 

La obra gaudiana, considerada en su compleja totalidad no podría ser definida como simple arquitectura modernista y por supuesto aun mucho menos como arquitectura Art Noveau (Puntualización tan evidente como innecesaria de no existir interpretaciones en sentido opuesto expresadas por críticos de relevante prestigio.)

 

Proclamación – que podría ser ya definitiva- de la figura de José María Jujol Gibert (1879-1949) como la de uno de los máximos creadores plásticos de la Europa del siglo XX y reconocimiento de la transcendencia alcanzada por la dialéctica Gaudí-Jujol, tanto en el sentido de maestro a discípulo como en el opuesto, sin que ello encierre la mínima intención de menoscabo de la grandeza gaudiana, como podrá comprobar cualquier lector de este libro”